Heraldo de Balthazar

Heraldo de Balthazar
Nivel	80
Especie	Forjado
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El Heraldo de Balthazar es el campeón del ejército de los Forjado. Su papel como forjado es hablar en nombre de Balthazar y dirigir su campaña contra el Dragón antiguo Kralkatorrik, así como convencer al Comandante del Pacto para que se una a las filas del ejército de Balthazar. Es frío y calculador, el Heraldo de Balthazar no dudará en asesinar a cualquiera que esté en su camino y el de su amo.

Historia

En la vida, el Heraldo de Balthazar fue una vez Devona, una heroína de Ascalon que fue fundamental en muchos eventos importantes a través de Tyria, incluida la Ascensión de Kormir. Después del final de su vida mortal, su espíritu entró en la Niebla y luchó contra el Ejército de las Sombras del medio hermano de Balthazar, Menzies, durante la Batalla Eterna. Ella se inspiró para unirse al Ejército Eterno por el líder de un batallón de Eternos en el Bosque Ardiente de la Grieta del Dolor.

En un punto desconocido en el tiempo después de que Balthazar se había liberado de la Niebla donde los otros dioses lo habían dejado aprisionado, el Dios de la Guerra deshonrado buscó a sus Eternos, incluyendo a Devona. Los recluta en su nuevo ejército los Forjados para ayudarlo en su búsqueda de venganza contra los dioses y absorber la magia de los Dragones antiguos para lograr sus fines. Balthazar colocó las almas de sus seguidores espirituales en una armadura especial que les permitió servirlo como entidades físicas en el mundo corporal. Aquellos que no se unieron voluntariamente a la causa del dios fueron torturados hasta la sumisión, e incluso Devona pudo presenciar la ira de su amo hasta que ella siguiera sus órdenes sin cuestionar.

Mientras que el líder del batallón que inspiró a Devona a unirse al Ejército Eterno se convirtió en un general forjado que lideraría las fuerzas de Balthazar en el sur del Desierto de Cristal, Devona fue elegida para convertirse en el Heraldo de Balthazar y ayudar a reclutar a más personas en el ya sea por persuasión o fuerza. Ella cumplió sus deberes diligentemente y sin piedad, matando a cualquiera que tratara de resistirse a su amo, aumentando así la cantidad de almas que Balthazar podría cosechar para su ejército.

En el año 1330 d.É, el Comandante del Pacto llegó al Oasis de Cristal y fue testigo de cómo la partida de asalto del Heraldo atacó una aldea cercana. El Heraldo le ofreció al Comandante la oportunidad de unirse al ejército de Balthazar, pero los dos terminaron peleando cuando el Comandante rechazó su oferta. Ella a su vez, ignoró la sugerencia del Comandante de dejar de ser el títere de Balthazar y finalmente se fue, prometiendo reunirse nuevamente con el Comandante.

El segundo encuentro tuvo lugar en el Templo de Kormir después de que el Heraldo se enterara de que el grupo del Comandante atacaba uno de los campos de guerra forjados. El Comandante ignoró la oferta del Heraldo una vez más y luchó contra ella para evitar que matara a las personas en el templo. Frente a la feroz resistencia de la Guardia de la Eternidad y los lugareños, el Heraldo se vio obligado a huir a través de un portal.

El Heraldo acompañó a un batallón de tropas forjados a las Tierras Altas del Desierto donde ellos y Balthazar lucharon contra Vlast, uno de los vástagos de Glint cuyo poder Balthazar necesitaba derrotar al Dragón antiguo Kralkatorrik. Aunque Vlast inicialmente se defendió de los Forjados, Balthazar y el Heraldo lo arrinconaron en la Torre de Dios caído y lo derribaron. Mientras el dios de la guerra se enfrentaba al dragón, el Heraldo confrontó al grupo del Comandante que había llegado a la escena.

Al final, el comandante prevaleció en la batalla, y el Helado fatalmente herido se dio cuenta de la fuerza y la dedicación de su oposición y de que el comandante podría terminar la sangrienta campaña de Balthazar. Con su aliento agonizante, el Heraldo instó al Comandante a probar que eran más fuertes que Balthazar y matar al Dios de la Guerra.

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